«Mi puerta os está completamente abierta, de día y de noche. Podéis venir siempre, estaréis siempre en vuestra casa y yo haré todo por socorreros. Aunque todas las puertas estuvieran cerradas, la mía siempre os está abierta. Dios está hecho así, hermano… Nadie ama como Él, pero nosotros debemos intentar imitarle» (Sabiduría de un pobre).